Podemos distinguir tres tipos de beneficios: a) los beneficios de tipo fiscal, b) los beneficios de tipo organizativo y de implantación y c) los beneficios publicitarios y de imagen. 

Beneficios fiscales: tanto en España como en Austria la inversión en una organización sin ánimo de lucro – así calificada por el Ministerio de Hacienda Austriaco – sirve como deducción para las empresas y empresarios en su declaración de Impuesto de Sociedades y en su caso, el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas.  Como alternativa al pago de parte de los beneficios al Estado, el invertir en la AEA implica el colaborar con un proyecto que conocemos y que podemos monitorizar – pues la gestión económica de los fondos de la Asociación es absolutamente trasparente – a la vez que queda abierta la posibilidad de la gestión de estos fondos en coordinación con la Junta Directiva y los miembros encargados de los proyectos. 

Los beneficios de tipo organizativo y de implantación: Austria es un país con una economía saneada y con uno de los mejores niveles de vida en el mundo, en parte propiciado por la presión fiscal existente que a su vez ha contribuido al aumento en gastos salariales y societarios. Cualquier actividad destinada a llegar a un determinado objetivo – tanto en España como en Austria – requiere un estudio previo de cómo y dónde invertir los fondos promocionales, pudiendo implicar éstos una inversión considerable. Por ello la AEA quiere servir de instrumento de colaboración con empresas e inversores poniendo a disposición de los mismos una bolsa de trabajadores españoles y austriacos con conocimientos de los productos españoles y del mercado austriaco.

Beneficios publicitarios y de imagen: en estos últimos años de plena actividad, la página Web de la AEA y su boletín de noticias (remitido por email) son de referencia obligada para todos los españoles y austriacos que quieren mantenerse informados del desarrollo de las actividades de promoción existentes en Austria y que tengan que ver con España: por unas cantidades muy por debajo de las del mercado de pancartas y anuncios en páginas profesionales, las empresas y empresarios españoles pueden llegar directamente a los que más interesados están en este tipo de novedades, sin gastos de traducción (la AEA se encarga de traducir los textos) y además llegando de manera directa a un segmento del consumidor final (la colonia española en Austria).